Causas de la amigdalitis
Las amígdalas son su primera línea de defensa contra la enfermedad. Producen las células blancas de la sangre para ayudar a su cuerpo a combatir infecciones. Las amígdalas combaten las bacterias y virus que entran en el cuerpo por la boca. Sin embargo, las amígdalas también son vulnerables a la infección por estos invasores.
La amigdalitis puede ser causada por un virus, tal como el resfriado común, o por una infección bacteriana, tal como faringitis estreptocócica. De acuerdo con la Academia Americana de Médicos de Familia (AAFP), se estima que 15 a 30 por ciento de los casos de amigdalitis son debido a las bacterias. Muy a menudo es por las bacterias estreptococos.
Los virus son la causa más común de la amigdalitis. El virus de Epstein-Barr puede causar amigdalitis, así como también mononucleosis. Los niños entran en estrecho contacto con otras personas en la escuela y los deportes, exponiéndolos a una variedad de virus y bacterias. Esto los hace especialmente vulnerables a los gérmenes que causan la amigdalitis.
Los síntomas de la amigdalitis
Hay varios tipos de amigdalitis, y hay muchos posibles síntomas que incluyen:
- dolor de garganta
- dificultad para tragar o dolor al tragar
- una voz que suena áspera
- mal aliento
- fiebre
- resfriado
- dolor de oídos
- dolores de estómago
- dolores de cabeza
- rigidez en el cuello
- rigidez en la mandíbula y el cuello debido a la sensibilidad de los ganglios linfáticos inflamados
- amígdalas que aparecen rojas e hinchadas
- amígdalas que tienen manchas blancas o amarillas
- En niños muy pequeños, también puede observarse aumento de la irritabilidad, falta de apetito, o babeo excesivo.
Hay dos tipos de amigdalitis:
- amigdalitis recurrente: múltiples episodios de amigdalitis aguda al año
- amigdalitis crónica: Los episodios duran más que las amigdalitis aguda, además de otros síntomas que incluyen:
- dolor de garganta crónico
- mal aliento, o halitosis
- ganglios linfáticos sensibles en el cuello